El surf en el Mediterráneo nunca fue fácil, ni actualmente ni épocas anteriores. Ahora masificación, no en todos lados, pero si en muchos lugares. Antes soledad perpetua, incluso cuando veías a un surfer te alegrabas.
En los años 70, 80, 90 internet brillaba por su ausencia y las previsiones eran a través de televisión, periódicos o mirando al cielo.
Del año 2000 hasta la fecha de hoy internet y las nuevas tecnologías arrasan a niveles de psicología perversa adulterando de manera exponencial al producto llamado “SURF”.
Pero gracias a la experiencia, a la exploración (sin Google earth), y a la interpretación de mapas de isobaras, el surf en solitario es posible y abarca una expansión visceral del 100%. Sólo hace falta observar, apuntar y desguazar un mapa costero, meterte en las extrañas de las direcciones de las borrascas y apuntar un destino. Es un esfuerzo, SI, pero sus consecuencias pueden aportarte la psicología inversa y acercarte al producto “SURF” de una forma racional que roza lo científico.
Aquí surf en solitario sin más.