sábado, 14 de julio de 2018

Las tonterías del surf

Si está desordenado malo, si está perfecto y pequeño tampoco vale... dia tras dia escucho estas tonterías. El caso es que ir al agua para algunos/as se convierte en un quimera de percepción de la realidad, totalmente deforme.

 

Y en verano, justo aquí, en el mediterráneo la quimera se vuelve gigante, absurda y perjudicial para el síndrome del "mono". Pero al final, cuando llegas a la playa y ves posibilidades lo mejor que puedes hacer es entrar, probar, analizar, mejorar... tantas tonterías tenemos que al final nos volvemos absurdos. Imaginad por un momento que el día de hoy fuiste a la playa y sabes que vas a fallecer por la noche, está el mar "choppy" y mal de dirección y viento, pero sale alguna ola decente, irás al agua forzosamente, porque sabes que está noche morirás y ya no habrá más playa, ni tablas ni nada de nada. Al final el mejor consejo es ir al agua si o sí, porque morir moriremos, y ya no veremos el mar, ni las olas, ni los amaneceres. Disfrutad de los días de olas como si fuera el último dia de tu existencia, posiblemente todas las tonterías se acabarán de una vez. 

El surf vende libertad, pero es una esclavitud aceptada de por vida. Saludos


sábado, 7 de julio de 2018

Perdidos en el abismo

Un abismo enorme, un agujero negro y espeso  cargado de imágenes idílicas. El surf es su hilo conductor, su fuente de energía parece inagotable. La publicidad abusiva, el descontrol del papel mojado en las nalgas de los actores... el surf, las furgonetas, las sonrisas fascinantes de los surfers/as. El agua cristalina, el envoltorio frívolo de una vida llena de olas, islas, viajes, fiestas. Pero, y la gente normal que trabaja de sol a sol y se pega un surfari hasta donde le da la economía. Esos anuncios llevan un pseudohippie con mucho dinero por delante, pero la realidad, lo único que promueven es la economía, que nos endeudemos, que seamos felices, pagando auténticos "pastizales", el surf barato hoy en día resulta extraño. Ves a cualquier playa y verás de lo que hablo.


Quizás la esencia estuvo, pero creo que se fue. Se ha pervertido todo de manera exponencial.

Eso si, los que tenemos la enfermedad de las olas, somos tan culpables como los que promueven la frialdad del surf en los medios.

La gente del pueblo no somos profesionales, somos surfers/as de a pie, y sólo buscamos coger unas olitas y reirnos.

Feliz verano... deseando que llegue el otoño, por supuesto.