miércoles, 17 de noviembre de 2010

Insesato el astillado.


Revolviendo entre escombros de calamidades olvidadas, llenas de extrañas sorpresas, inmensas esperanzas y fustraciones caóticas. Ni que decir de todo aquel que desea la seguridad de su propio cerebro acústico envuelto en veneno no perceptivo a todo ser embrionario robotizado. Quiero conocer el lado oscuro de las olas, el sombrio egoismo intangible, la agresividad desatada de las manos del hombre de la caverna. Venid a un lugar x distante, venid y observar vuestra muchedumbre impuesta. Impostores de pósters, seguidores de los vigilantes de la playa... Y aquí, en la puta lejanía, nadie ni nada que perturbe el que hacer de nuestras ofensas. Ofensas retorcidadas de sin sabores amargos, salados... Mejor me tomo una cerveza... Si entendiste algo de todo lo que escribí aquí... Te regalo un abrazo internáutico.