Las piezas del rompecabezas, las tienes cerca, pero, a la vez lejos. En una lucha interna compleja, puedes desarrollar campos aleatorios de capacidad errónea. La interpretación y aceptación de las condiciones dependen de uno mismo.
Algunas manos pretende ayudarte a resolver el puzzle, pero otras quieren perderte en el millón de piezas diarias, tenemos un reto por delante, montar el puzzle, desmontarlo y volver a montarlo. Todo un viaje de idas y venidas que te atraparan en un sendero de piezas complicado.
La solución a todo esto, se dará de forma inusual. Unos lo completarán de forma adecuada a su idea, otros, no cerraran su puzzle, perdiéndose en la información excesiva.
Un hombre sentado bajo una sombra de un árbol, contempla su huerta llena de piezas que el sembró. Recogió las mismas y con una sonrisa de oreja a oreja, dió por completado su puzzle.
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