Que decir de la auto-tortura permanente, a la que el ser humano está inmerso. La influencia típica de las masas de humanoides concentrados en el ego, en la pestilencia de la hipocresía, la chulería y al fin la desidía.
Se quiere comprender la conducta, de una sociedad construida en la drogadicción homogénea, continúa, sin freno.
Al fin y al cabo, ¿a quién cojones le importa tanto su estrecha relación social? Pues a muchos/as.
Preguntas sin fin que sólo encuentra una respuesta... Sopla viento de tierra...
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