jueves, 26 de marzo de 2015

El aprendizaje que NO SIRVE PARA NADA


En Barcelona, ciudad "cool" y parque jurásico de modas intrascendentes (entre ellas el SURF), se ha perdido el sentido común, la educación, las formas y un largo etcétera, que como empiece a nombrar, van a caer árboles y selvas enteras.

Punto 1°:

¿Como puede ser que las escuelas de surf manden a sus alumnos más avanzados (éstos todavía ponen la puta rodilla para hacer el take off) a zonas complejas de olas?
No se entiende pero es así, ellos facturan, viva la puta pasta, y después estos alumnos dicen esta frase 

"claro neng, si yo veo tubos en una playa no te los voy a dejar a todos..."
-"claro, y como todavía pones tu puta rodilla encima, te da tiempo a fumarte un puro, cascártela y de paso hacerte un barrell del copón bendito..." (Contesta un surfer normal). Así día tras día.

Punto 2° y último:

Lo que no saben todos éstos alumnos, que en menos de los que ellos creen dejarán el deporte en breve (échale dos años o menos). Total: se han gastado un dinero en una escuela de surf (le hubiera salido más provechoso hacerse un máster, conseguir una beca y con ese dinero financiarse una tabla y un neopreno he ir aprendiendo poco a poco).

Amigo de la escuela, sobre todo la de aquí, ciudad condal, no manchen el nombre corporativo, antes se llamaban "Jerónimo" y ahora tienen por nombre hawaiiano, el que todos conocéis, lástima que los que crearon esta marca no vean las invasiones que realizan en la Barceloneta, punta a punta. Una pena. Surf is DEAD. 

Ahhhh!!!!! Una última cosa, si no os gusta lo que digo, simplemente no lo leáis. 

miércoles, 4 de marzo de 2015

El amanecer del retorcimiento


Eso es lo que provoca, el amanecer, un retorcimiento agudo, inverosímil, mostrando la decadencia del deporte, aún desconociendo la procedencia de las olas y su formación. 

Suena un silbido, un pitido leve, el tipo abre su cajita mágica, retro iluminando  su cara y la oscuridad pesada de su habitación forrada de fotos suyas, pegándole unos giros en las olas. Llegó la foto de la playa, sus ojos desorbitados como dos esferas luminosas, la adrenalina fluyendo desparramada por sus arterías... Voy, voy, voy. Su mujer, dulce, durmiendo en paz y armonía.

Llegó por fin a la playa, pero algo cambió, sí, el viento. Ese viento se cruzó de tierra para pasar al viento cruzado de mar. Maldijo el tipo al mundo entero, con rabia y desesperación. 

Un papel de periódico moribundo, transportado por el viento, cayó cerca de sus pies, lo recogió del suelo, donde pudo leer: 

"Las app's controlan nuestra vida y nos facilitan la existencia, en breve, nuevas versiones de Whatsapp, iMovie..."

El tipo, agarró un mechero y prendió fuego al papel del periódico.

Mientras tanto, su mujer, dormía plácida, en armonía.