sábado, 7 de abril de 2018

Pozal de Roura, Malaria Era

Aquella mañana, con el incipiente frío atravesando su garganta sin compasión, los resquicios visionarios de su agonía emocional, procedieron al apareamiento mental. Ni en sus pensamientos más profundos o valores de su propia vida hubiera concebido las penuarias fraudulentas del esquivo mensaje "HAWAII es un paraiso, Indonesia es izquierda eterna, Australia es Snapper en largo... y Malaria es, es..."; no se sabe lo que es, mientras unas lágrimas recorrían su mejilla morada, cortada por el viento helador, su cabeza no paraba de decirle "Malaria eres tú, es donde las olas se tornan extrañas, y aquí no estas en ningún lugar, simplemente vienes aquí por razones; que ni tu mismo sabes o perdiste por el camino", sus pensamientos lo castigaban día tras día, semana tras semana, incluso el muy cabron, estando de viaje, su cabeza volvía con el tema; "Malaria existe, volverás, y allí con sus extrañas y perfectas olas, seguirás comparándome con otras olas de la distancia, porque Malaria eres tú".


Malaria, Malaria contigo me quiero casar, tatareaba canturreando esa espantosa canción. Vueltas y más vueltas, resaltos de macho alfa, con alguna hembra alfa, al dominio de su propia historia. Y al final, siempre es igual, decía un viejo vagabundo de la playa "Malaria eres tú, pero tú no le llegas ni a la suela del zapato"... Mierda de vagabundo, que cojones sabia de Malaria.

La bicoca de todo éste sembrado de ideas, ambientes y "hipsters free overglass with my elegant barba", es culpa de Malaria y el muy hijo de la gran puta, sigue viniendo, Malaria sigue quebrando alto, pero sus visitantes no hacen honor a su explosvidad arrocera.

Malaria es lugar de enfermos, enfermos de golpearse con su banco de arena a solas con el cabron del vagabundo que no deja de repetir: "Malaria eres tú, pero no le llegas ni a la suela del zapato".

P.D: arremetió el vagabundo contra su idea, porque el mísmisimo diablo lo visitó una noche de borrachera y lo condujo al agujero de... MALARIA.