sábado, 29 de agosto de 2015

El Puzzle



Todo proceso contiene un esfuerzo, una dedicación, un entendimiento y al final del mismo; una satisfacción o una frustración. El puzzle se prevé difícil, más de 1.000.000 de piezas, que se tienen que colocar de manera precisa durante 365 días, durante toda la vida. Hay piezas que se tardan en buscarlas, otras aparecen de golpe cuadrando la esquina con armonía, otras se desprenden en la ira, la codicia, la apariencia y en la imagen.

Las piezas del rompecabezas, las tienes cerca, pero, a la vez lejos. En una lucha interna compleja, puedes desarrollar campos aleatorios de capacidad errónea.  La interpretación y aceptación de las condiciones dependen de uno mismo.

Algunas manos pretende ayudarte a resolver el puzzle, pero otras quieren perderte en el millón de piezas diarias, tenemos un reto por delante, montar el puzzle, desmontarlo y volver a montarlo. Todo un viaje de idas y venidas que te atraparan en un sendero de piezas complicado. 

La solución a todo esto, se dará de forma inusual. Unos lo completarán de forma adecuada a su idea, otros, no cerraran su puzzle, perdiéndose en la información excesiva.

Un hombre sentado bajo una sombra de un árbol, contempla su huerta llena de piezas que el sembró. Recogió las mismas y con una sonrisa de oreja a oreja, dió por completado su puzzle.

miércoles, 12 de agosto de 2015

El viento trae cambios


¿Qué es el soplido sinuoso del viento? Su respiración trae cambios. Cambiará el curso de tu vida, las voces, los olores y el rozamiento con la corteza terrestre, viajará en el vacío serpenteante de moléculas microscópicas, que almacenaran la energía; en forma de luz parpadeante, alumbrando tu camino lleno de sombras. 

Es, aquel ermitaño, reunido en el tribunal de apelación moral, que atraerá su convicción más profunda, su visión más cercana al perdón.

De donde los elementos vivos, recogen su aliento, en aquel desfiladero, donde el viento les susurra con suavidad la palabra exacta de la comprensión. 

Dígase, que aquel que aprende del viento, encuentra su propia iluminación, ajena energía, que reflecta y espejea, la cumbre del honor, entonces... ¿Qué es el soplido sinuoso del viento?



lunes, 10 de agosto de 2015

Disculpad la portada


Disculpad la portada de hace unos días y que recientemente he cambiado. Pero me sentía áspero, con odio, hacía, éste deporte. Rabioso y viejo cascarrabias, era así como me sentía. La dureza con la que escribo algunas entradas, vienen dadas por muchos motivos, pero quiero y debo despertar a la gente que quiere surfear en serio. Digo esto, porque hay mucho mequetrefe, mucha venta, mucho consumo y mucha jilipollez. Tengo que erradicar de mi cerebro muchas ideas equívocas, serenar mi alma y serenar las almas de los demás.

La verdad, que el blog es una ayuda terapéutica cojonuda, me ahorra ir al psicólogo, puedo escribir hasta reventar, enlazo cosas sin sentido y las junto, hasta que estallo en rabia y descontrol.

La industria del surf es dura y poderosa, pero yo soy un hijo de la gran puta, y no voy a parar hasta que despierte a la gente, hasta que se erradique el surf de venta ambulante. Haz surf por ti mismo no te dejes influenciar, mírate, observa y mejora. Y otra cosa, antes de que se me vaya la olla y la líe parda. APRENDE como se generan las olas y como funcionan. Si primero no haces eso, el surf carece de sentido.

Paro ya que ando cansado espiritualmente. Saludos y aprended cojones.

Coincidencias

Estaba leyendo el blog desdelacroa.blogspot.com, en la entrada "baño inesperado", y justo coincido con el autor, que ese mismo día tuve también un baño inesperado. La vida es así, y los baños inesperados son parte del surf, pero del surf del pueblo.




sábado, 8 de agosto de 2015

Ejemplo del bizcocho: Primero

Publicación de Malia Ward hace unos días:
Sin embargo el año pasado, hizo esta acción:

Malia Ward, todo un ejemplo de vender bizcochos inflados.

 
Si es que en el fondo todos somos buenas personas, hasta que nos tocan lo nuestro.


Pesadez y bochorno


El bizcocho, en su justa medida,tiene la  notoriedad de prepararse bajo el remolino notorio de la batidora, el chasquido de los huevos al romper, de como la harina y el aceite de oliva se conjugan en un elemento único. La levadura, el azúcar y la ralladura de limón implementan la pasta uniforme del elemento, abres el horno y colocas el mejunje. Los 150 grados inducen al hinchazón inmediato, 35 minutos después, el descontrol pasa a la estabilización. Lo pruebas, una vez frío, lo palpas en el paladar, lo degustan tus sentidos y tu cabeza asimila, el olor, el sabor y la ricura, del bizcocho. Calor, bochorno y frío, así una y otra vez. 

Y es así desde hace más una década. Ahora estamos en la ebullición e hinchazón máxima de nuestro deporte, pronto llegará la estabilización del mismo. Aunque no lo creáis, el bizcocho se está haciendo tan grande, que algún día os estallará en la cara y veréis entonces la podredumbre del SURF, como os asfixia, como os saca las vísceras y os las reparte uniformemente hasta que os falte la respiración. Reventad conmigo o sin mí, pero reventad.

Mi abuela preparaba esos bizcochos, mi madre sigue preparándolos, y son deliciosos. Eso sí, ningunos de esos bizcochos estallaron ni estallaran, porque están cocinados con conocimiento, cariño y amor. El otro bizcocho, el del surf, está echo de manipulación, utopías y engaños medidos a vuestra cartera.

Recetas de la abuela, para este mundo de mierda, que mueve lo frágil de la superficie con los hilos de sus marionetas. 

Firmado: Joli (Jose Luis Rodríguez     Mellado)