lunes, 11 de julio de 2011

Los Valores Superiores


De aquellos valores reflexivos a los que nos podemos aferrar, son secillamente los verdaderos sentimientos adquiridos, interpretados o desechados. En las ilusorias mas destornillantes residen los verdaderos y genuinos pensamientos. Limpios, sin trampas. Las conciencias superiores están lejos de valoraciones y juicios humanos, dando resultado a reflexiones reflejas, rápidas... Mundos paralelos, mundos entremezclados, vivimos en continua mezcla acumulativa. Las almas se reparten de manera proporcional en el vacio conyuntivo que no ocupamos los humanos, por donde transcurre el viento, la sombra, el sol, la luna y tus piernas. Es en ese vacio donde se reencuentra una y otra vez la energía, la luz equilibrada y concisa.

En la inmensidad de todo lo establecido, en esa masa homogenea se interpolan la superficialidad mas infeliz. Nuestros abuelos fueron sabios quizás, basando todo su potencial en la sencillez más absoluta, en la interpretación que la naturaleza les brindaba.

Ahora, amigo, siéntate en una mesa, contempla el atardecer y pide un copa de vino tinto, a medida que el sol descienda, tacta el líquido en tus labios y disfruta de las vistas. La tierra pinta cuadros y nosotros los borramos. 

En memoria de los que abandonaron la tierra, dejando atrás su energía vital, marcando el camino que todos y cada uno de nosotros seguiremos.


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