Tenacidad característica del poco peso adquirido. Allí estaba él con su enemigo número 1. Si, con dos cojones, se atrevió a destrozarle la cara, cortando trozo a trozo, milímetro a milímetro cada una de su porción más severa. Con frialdad catastrofista, recogió parte de su piel y la empaquetó con timidez absurda. La capacidad adquirida en conocimientos médicos en la universidad, le permitió una vez más practicar una de sus ansiadas intervenciones. Una vez finalizó todo el proceso, se fue a su habitación, se colocó el traje de neopreno con suavidad esquisita, pues la sangre era un lubricante extenuante, deslizó los escarpines, cuál trineo se lanza a través de la nieve transparentemente blanca, cerró hermético la cremallera, ruidosa como una sierra eléctrica... Empuñó la parafina, con perfección altruista. Cogió su tabla más grande, colocó su cuchillo de carnicero, y allí, en aquella playa llamada Comandancia en empezó su gran obra maestra. Coronó el pico, sacó el cuchillo y volvió actuar con desmedida. Se fue a Barrakuda´s, para poder capturar a otro ser a otra alma. Allí acentuó su tenacidad y volvió a trabajar, desbocado. Sí, tan desbocado que bajo a Granada, a la Chucha y completó su gran obra. Ahora ya no tenía sentido seguir viviendo, cogió las almas, que guardaba con esquizofrenía invertida, y las reunió a su alrededor y les dijo: "Se acabó, ahora yo seré como vosotros y juntos nos iremos a surfear olas a otro mundo. Sabéis, almas mías, todo esto me lo contó un vagabundo, y aunque no lo creáis, le hice caso; por eso ahora estamos todos aquí, por el dichoso vagabundo y no por mí".
Entonces las almas, no entienderon nada, y en venganza no dejaron cumplir con su muerte, y lo dejaron atado a su tabla y su cuchillo por los siglos de los siglos.
Y ahora allí, en Comandancia, Barrakuda´s y la Chucha, se comenta, que las almas, estan intentando acabar con la gran obra maestra, pues según cuentan las malas lenguas, un vagabundo se lo dijo.
JOLI PSICO.
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