sábado, 10 de abril de 2010

Evolución a la Catalana. L-96 línea de conexión


Tenía 15 o 16 años, sí... Recuerdo la primera vez que tuve que lidiar con el autobús para acercarme a la playa de Castelldefels, no tenía carnet de coche y mi primo andaba lidiando con una fémina, por lo cuál no me quedó otra que buscarme la vida. La línea que salía de Sant Boi de Llobregat (L-96, autobuses verdes), sólo funcionaba durante el verano, con lo cuál, aquel día de septiembre fue mi bautizo con el elemento de transporte más famoso del mundo. Mi Hot Buttered y yo fuimos convencidos y nos montamos en el trasto color verde. La gente me miraba extrañada, ¿que coño lleva ese muchacho en esa funda que parece un condon con tela de toalla?, ¿dónde mierda piensa que va éste, si aquí no hay olas?... Bueno eso me imaginaba yo al ver la cara de póquer que ponía la gente. Recuerdo ese primer viaje con cariño y desprecio a la vez. Cuando llegué al apeadero de Castelldefels, mi sueño se hizo realidad, estaba en la playa y joder tenía olas de 0,5 metros en frente, glassy, glassy... Por aquel entonces ni tenía móvil y poco dinero, o sea que el bocadillo de chorizo, la coca-cola y la mochila transporta todo en la espalda era mi recurso más preciado. Antes podías dejar la mochila con tranquilidad en la arena y no pasaba nada, ahora... Es otra historia...


Pero llegó el invierno y la línea de autobús dejó de funcionar, por lo tanto, el sistema era el siguiente: levantarse a las 6:00 a.m., patear hasta Viladecans y coger el autobús allí, a 4,5 quilómetros de distancia, pasando por polígonos industriales y el propio pueblo. Ese recorrido lo hice durante 3 años, cada sábado, cada día de fiesta, cada vez que podía... Cogí el vicio del autobús, hasta que un día inaugararon la línea hasta Sant Boi y lo cogía a 500 metros de mi casa. Joder, ahora, aprecio el coche como mis piernas. Quizás la gente de ahora lo encuentre rídiculo todo este teje maneje, pero ciertamente es lo que había... Y las previsiones (Internet era escaso), era gracias al TV3, La Vanguardia, El Periódico... Por lo que aprendí a leer isóbaras. Con el tiempo pasé de no saber nada de meteorología a ser un gran experto... jejejje. Pero cuando tuve el carnet de conducir, todo cambió, llegaba a la playa tranquilo, tempranito surfeaba en Garraf, Vallcarca, Sitges, Segur... Otra vez, me cambió el sistema de transporte.


Por eso, quiero dedicar este post a todos aquellos surfers que por causas de edad, tiempo o dinero tienen que tirar del transporte público y que hace lo imposible por llegar a la playa. Eso sí, el echo de ir en bus me enseñó a: apreciar la playa, los bocadillos de chorizo, mis piernas y sobre todo MIS GANAS DE SURFEAR.

2 comentarios:

  1. Tu post me ha recordado a cuando empece y no tenia coche, teniendo que esperar el bus, hasta 2 horas en pleno invierno gallego para volver a casa.

    Muy buen blog.

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias javi, ciertamente, los inicios son duros. Pero, sabes, ahora me alegro de haberlos vivido plenamente, pese el gran frio, lluvia, viento y todo lo que acontece cuando vas en transporte público. Pero, la vida sigue y sigue...JEJEJEJ

    ResponderEliminar