La comunicación a flor de piel, sensorial, pernoctada en consecuencia ajena, con los pensamientos inequivocos. De sus fustraciones inadvertidas, su protagonismo encarecido; la prosa que nada sabe y lo nada todo. Desconocimiento del entorno, inadaptación espontánea cosechada en la miseribilidad que ejerce el infinito sobre las almas aprendices de titeres.
De como las raíces ascienden y descienden, enrarecidas, en su propio lecho. Ni los cortantes arrecifes desafían de tal manera. Riéndose sobre las otras almas que le rodean, creyendo haber encontrado el cielo responsable de su propia irresponsabilidad. Adueñándose de las ubicaciones a las cuáles nunca acudió, y al llegar se las encontró, sin esfuerzos, sin pinchazos aleatorios. Acontece la realidad subyacente de todo el entorno, una ampliación relativa al mundo que le rodea.
En su sintonía de conocimiento, se esconde la enfermedad irrefutable; el desconcierto y la correduría de pensamientos. La corrupción propia de la enfermedad líquida, de aquella que otorga los beneficios y las desgracias; generando estados apocalípticos de ansiedad desmesurada, camuflaje de ideas, estereotipos; es una demanda energética vacía de especies y repleta de graves deslizamientos terrenales.
No es fácil entender lo escrito, ni tan siquiera su traducción tendría sentido alguno, pero en la fraternidad universal, los maestros nos muestran el camino que acontece a toda una vida de enfermedad lasciva.
Las aguas que corretean alrededor de la fuente, no derraman esperanzas visibles, simplemente disfrutan de su salida al sol y el retorno al motor que las empuja.
Un saludo a todos/as los que leen este blog, que al final se está conviertiendo en una extensión de mi subconsciente menos conservador y más comprometido. Comprometido palabra pretenciosa y hueca, sin duda el aliento de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario